Pero incluso esta súbita audacia es también engaño: ya se ve que he estado dando vueltas en el mismo lugar. Pero... avanzar... ¿a donde? otro engaño, a fin de dudar.
La playa nublada, la gris arboleda y la negrura de las olas desde el otro lado. Sujeto estos recuerdos - reducidos casi a conceptos - con cuidado los deposito en la copa. El licor termina de diluirlos y bebo. Es una mala mezcla, esta. Apuro el trago y seco la copa. Me espera un sueño blanco como la ceguera.
Niego la pregunta, por intentar distraerme en inútil batalla retórica. Quiero continuar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario