Empezar

Empezar de nuevo al llamado de las aves

a la vista de la luz por la ventana,

empezar al rugido del tráfico de la mañana

a lo largo de todo Pembroke road.

Cada inicio es una promesa

nacida de luz y muriendo en obscuridad

determinación y exaltación de primavera

floreciendo el camino al trabajo.

Empezar al desfile de chicas

la arrogante soledad de los cisnes en el canal

puentes uniendo pasado y futuro

viejos amigos acompañándonos aún.

Empezar a la soledad que no puede terminar

que es quizás lo que nos hace empezar,

empezar al maravillarse ante rostros desconocidos

al ruido de las aves en la súbita lluvia

a ramas desnudas ante un generoso sol

a gaviotas procurándose el pan

a parejas compartiendo un cálido secreto

juntos a solas mientras hacen el bien.

A pesar de que vivimos en un mundo que sueña con el final

que siempre parece estar a punto de rendirse

algo que no aceptará conclusión

nos insiste en por siempre empezar.



Una utopía realizable

 ... Eso se sabe hasta en el canto de los pájaros, en la risa de los chicos, en el momento de hacer el amor. Esas cosas se saben, Julio, las sabe un minero o un maestro o un ciclista, en el fondo todo el mundo las sabe, pero somos flojos o andamos desconcertados, o nos han lavado el cerebro y creemos que tan mal no nos va simplemente porque no nos allanan la casa o nos matan a patadas...

Julio Cortázar, Fantomas contra los vampiros multinacionales, México 1975